Comencé a estudiar Osteopatía allá por el ya lejano siglo pasado, porque la fisioterapia no me daba respuestas cuando los resultados no aparecían. Teníamos claro que para ser más efectivos en nuestro trabajo, había que recolocar las piezas del cuerpo haciéndolas crujir, eso sí que era una intervención profunda que haría que mejorasen aquellos pacientes…